Soy especialista en PNL
(Programación Neuro Lingüística) desde hace unos casi 30 años -anteriormente he sido publicista-. Me encanta ver cómo miente la gente tanto en la televisión, como en
la vida cotidiana. Algunos no lo hacen por maldad, simplemente es su manera de
manejarse con la vida: enmascaran su auténtica personalidad, su verdadero
sentir.
¿Por qué se miente?
Por falta de autoestima, o insuficiente valoración y
validación de sí mismos. Cuando alguien no se aprecia a sí mismo, se finge, se
oculta, se colorea, y hace lo propio con los demás.
El instinto tan activo
cuando somos pequeños, queda silenciado cuando nos hemos acostumbrado a ‘quedar
bien’ o ‘no quedar mal’ con el CdR (Club del redil, o sociedad). Toda vez que
nos importa eso, más que quedar bien con nosotros mismos, mentimos de varias
maneras.
¿Cómo detectar mentiras?
Ante todo, debemos re-aprender a confiar en los
instintos primigenios, esto es, si ‘algo te huele mal’, ‘no te cuadra’ o ‘no te
convence’, en lugar de rechaza ‘tu percepción’, mejor pregúntate:
“¿Cómo es que
hay ‘algo’ que no me cuadra?
¿Qué puede ser?”
A todos nos crece la nariz cuando mentimos, es decir, aflora gran
cantidad de sangre ahí, por eso, la persona que miente se rasca la nariz, o
zonas de alrededor: los ojos.
Cuando lo que acabamos de decir no lo queremos
ver o incomoda, nos rascamos los ojos.
Nos rascamos las orejas, o nos
tapamos la boca aunque sea ligeramente con un dedo.
También nos pasamos la mano
por el pelo.
Si la persona cuando nos habla, no nos mira de frente, y en
cambio, dirige sus ojos arriba como buscando, es porque está buscando
‘imaginación para crear una historia’.
Quien no tiene nada que esconder, mira
de frente.
Carraspeos en el discurso indican que el inconsciente pone ‘avisos
de mentira’.
Algo no cuadra en lo que la persona dice ya sea por omisión, ocultación,
coloreación o tergiversación, por eso los carraspeos, toses y ‘alteraciones’ en
el lenguaje tonal.
La ‘voz’ representa el 38% en la comunicación. El 55% del
mensaje lo comunicamos con el lenguaje corporal y facial, y sólo un 7% es
comunicado con las palabras.
Dado que comunicamos la verdad con el
inconsciente, hay que prestar atención a qué palabras escoge la persona, cómo
las ordena en la conversación, y sobre todo a su gesticulación y a la voz.
¿Cómo comunicamos lo que decimos?
Alguien que cuando está de pie, o sentado, no
muestra las dos manos, o bien esconde algo o se esconde porque no se siente
seguro (ver videos de algunos coaches, presentadores, o comunicadores).
La
‘inseguridad’ la mostramos escondiendo las manos (dentro del bolsillo, debajo de
una de las piernas –cuando se tienen cruzadas-, agarrándonos un brazo con la
mano contraria: él inconsciente habla de ‘frenos’ (no queremos que se vea
algo).
Cuando para responder a una pregunta, alguien se toma mucho tiempo, está
inventando la respuesta con toda probabilidad, aunque puede que sea que esté reflecionando... Pero, ¿cómo es que se toma tanto tiempo?
La espontaneidad es sinónimo de
verdad. La frescura se ve en los niños, ellos son buenos ejemplos para aprender
a detectar mentiras y verdades.
Obviamente, hay mentirosos cuidadosos que saben
que no deben ‘rascarse’ ni esconder las manos. No obstante, el inconsciente
siempre nos delata: dilatación de las pupilas, caída de ciertos músculos que
rodean la boca, o una mirada o actitud desafiante apuntan a un mentiroso.
Tenemos dos brazos y dos piernas, por lo que hay que buscar simetría en el
movimiento y en la postura. Por consiguiente, la ausencia de ésta, indica
‘discrepancia’ bien sea por mentira o por media verdad o media mentira.
Cuando
alguien se enfada a la primera réplica de su interlocutor, hay que tomar nota
porque ello apunta a que ha ‘algo’ que no encaja, que no es totalmente verdad.
La voz nos ayuda a diferenciar. Una voz estable, rítmica, sin elevaciones
bruscas en su modulación, velocidad, entonación, ni ‘atascos’ es la voz de la
verdad. Lo contrario indica ‘que algo no cuadra’.
Si alguien está hablando con
las manos por debajo de la mesa, metidos es el bolsillo, jugueteando con un
boli…, es indicación de ‘mentira’ o ‘coloreación’.
Obviamente, hay un truco para mentir sin ser
descubiertos, y es ‘implantar’ el discurso en nuestra mente pues ésta no
distingue la realidad de la fantasía externa, es decir, la mente se cree
aquello que le damos (por eso es posible ‘cambiar creencias’ y reelaborar
vivencias, de ahí que podamos superar traumas, y sanar mente-alma-cuerpo). Por
lo tanto, para poder interpretar bien un papel hay que visualizar la ‘idea’,
escucharla y sentirla. Si bien, el inconsciente siempre ‘delata’ las debilidades
en el sistema: lo que uno no se cree, o en lo que no cree firmemente, lo
‘cantará’ de alguna manera. Hete aquí por qué, a los mentirosos profesionales, es
tan difícil detectarlos. Sólo alguien que confía plenamente en sus instintos,
se apercibirá, al resto se le pasará por alto lo que a un niño no se le
pasaría.
Sacar la lengua cuando se habla, puede indicar ‘indecisión’, un poco
de ‘burla’ o una falsa coquetería que busca distraer el interlocutor.
Es bueno
tomar nota, aunque sea mentalmente, de los ‘detalles’ o ‘elementos’
discordantes o chirriantes en el discurso de nuestro interlocutor. Y,
plantearnos: ‘¿Qué es lo que no me cuadra y por qué no me cuadra?”
Las mentiras
suelen tener las patas cortas. Si estamos dispuestos a cuidar de nosotros mismos, pillaremos las mentiras al vuelo.
Cuando no nos mentimos a nosotras mismos,
no toleramos que la gente nos mienta…
Ya seas hombre o mujer, debes saber lo que
has de observar en tu interlocutor.
De ahora en adelante, ya puedes decir:
“¡Miénteme que te pillaré!”.
© Rosetta Forner
Para
saber más del tema:
VIDEOS EN ‘LA VIDA EN
ROSETTA:
DETECTAR MENTIRAS 1 http://youtu.be/3keuJMnUw20;
DETECTAR MENTIRAS 2 http://youtu.be/gZnV1CYf4aA
;DETECTAR MENTIRAS 3 http://youtu.be/eoTcRWTmwAE
© ROSETTA FORNER
Más que coach,
Hadamadrina.
Escritora excepcional y
singular.
Creadora de LA VIDA EN
ROSETTA (escuela de emociones) y de Anticoaching&ánimacoaching ®
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