LLORAR TAMBIÉN ES COSA DE HOMBRES
© Rosetta Forner
Las mujeres no son las
únicas que sufren, ellos también lloran. Existe
mucha damisela con la diadema muy floja, la cual puede amargarle la vida a un
hombre (mientras él lo consienta, claro está) e incluso hacerle creer que
siempre será un ‘sapoquenosabeamar’, sé cómo se gesta –acorde a mi vivencia
como ser humano y ‘hadamadrina’ (coach personal y del alma)- el desastre
emocional en un hombre, esto es, el como éste se acompleja y opta por
traicionar su integridad (al igual que hacen las mujeres), en pro de conseguir
que le amen, ser aceptado y reconocerse en sus semejantes (igual que les pasa a
las mujeres), para hallar paz en su corazón y amor en su vida.
Tanto
hombres y mujeres, se pierden, pasan por crisis vitales, ansían ser amados,
necesitan el reconocimiento y el apoyo de sus semejantes. Les diferencia el
género, pero no el ‘alma’ ni sus necesidades emocionales y existenciales.
No
todos los hombres son sapos, al igual que no todas las mujeres son damiselas.
Algunos han sufrido
mucho debido a una culpabilidad o ‘pecado original’ que nunca existió. Con toda seguridad, unas mujeres de
rancio corazón y rencoroso sentimiento, debieron de inventar, en algún momento de la historia, ésta suerte de ‘venganza
de la damisela’. Ahora bien, no beneficia a ninguna de las partes: mientras
ellas siguen instaladas en su torre de marfil, que las aísla hasta de sí mismas
y las mantiene ‘dormidas y aleladas’, ellos se pasan la vida penando y tratando
de expiar sus supuestas culpas al tiempo que rondan la torre y permiten que las
damiselas les arrojen chuzos de punta desde la atalaya del desaire y de la
venganza herida.
La
convivencia con otro ser humano no es fácil, y más si tenemos en cuenta que en
los últimos tiempos, nos hemos educado en una sociedad egoistona, que ha
abjurado de los valores del alma y los ha sustituido por los ‘comerciales y los
buenismos’. Ahora se finge tolerancia, pero muchos no aguantan ni a su propia
sombra. Muchas mujeres se odian a sí mismas, aunque ellas nunca lo confesarían
y antes me echarían a la hoguera que lo aceptarían. También hay mucho hombre
que se siente muy solo y tiene la autoestima por los suelos y la valoración o
sentido de la valía sí mismo perdida en no se sabe qué recodo de su camino
vital. La gente se lleve tan mal entre ella y que en vez de enamorarse se
aferren unos a otros como hambrientos mendigos a los que alguien se dignase
echar un mendrugo de pan. De hecho, hay quien lleva media vida sin haber
comido, emocionalmente hablando, por lo que su corazón ha pasado y pasa tanta
hambre que es capaz de confundir a una ameba con una mujer reina. Y, no
exagero, pues el hambre juega muy malas pasadas.
Somos hijos de una
sociedad que ha degenerado, y actualmente está asustada en vez de encantada. Las personas somos más importantes
que el dinero o las posesiones materiales. No deberíamos hablar de ‘los
hombres’, sino aislar a los buenos de los malos, igual que aíslo yo a las
reinas de las damiselas, porque ni todas las mujeres son iguales ni falta que
hace. Yo conozco a muchos hombres buenos. Por eso sigo insistiendo en que una
cosa es conocer a alguien que merezca la pena y otra muy diferente enamorarse.
Cuando ello no sucede en una o en ninguna de las dos direcciones, ninguno de los
implicados es un sapo o una damisela, simplemente no se dio esa magia.
No nos confundamos, que
un hombre no se enamore de una mujer, no le convierte en sapo. Por el contrario, irónicamente, sí
que hay mucho sapo que se ‘enamora’ de mujeres que, al no darse cuenta de su
verdadera naturaleza, le toman por ‘su príncipe azul’. Eso sí, los morros se
les quedan hinchados cual sapo inflado al besar a tanto ídem.
Los
hombres fuera de serie existen, algunos hombres sí saben amar, palabra de
hadamadrina.
Cómo superar el complejo de Príncipe Azul en ocho pasos y
medio.
Paso nº1 Aprende a
creer en ti y a valorarte: Mientras
no te valores, no dejarás de besuquear damiselas que jamás serán reinas. Por
consiguiente, valórate y no se te volverán a hinchar nunca más los morros.
Paso nº2 Averigua cómo te gusta que te amen. Tenemos con los demás la relación que
tenemos con nosotros mismos. Por consiguiente, el cómo te relacionas con los
demás o el tipo de relaciones que tienes refleja el cómo te amas y el cómo te
odias.
Paso nº3 Se acabó
consentir: ‘NO al azulear’, ‘SI a la dignidad masculina’. Nadie te hace nada que tú no consientas. Por
consiguiente, de ahora en adelante, sólo debes permitir que te traten bien y te
amen como a ti te gusta que te amen.
Paso nº4 Asume que
‘Amar’ y ‘Rescatar’ no son sinónimos: Sólo tú, y
nadie más que tú, estás al mando de tu bienestar emocional. Hacerte feliz y
‘Ser feliz’ es personal e intransferible pues ningún adulto es responsable de
la felicidad de otro adulto. Todos sin distinción, poseemos la capacidad de
expresar nuestras emociones, cada uno según su propio estilo.
Paso nº5 Haz añicos el
techo de cristal emocional. No
todas las lágrimas son el latido de la alegría que da vida a un corazón –cuya
contrapartida es la risa genuina que brota de un alma sin trampa ni cartón-,
algunas son interesadas y tramposas. Dado que sólo un alma sincera almacena
sensibilidad, es primordial que aprendas aprender a diferenciar entre
‘sensibilidad y sensiblería’.
Paso nº6 ¡Adiós culpa, adiós! La mujer que practica el ‘acuseiner y el quejeiner’ no es reina sino
damisela de diadema floja, y le amargará la vida a todo hombre que se relacione
con ella, además de amargársela a sí misma. Por consiguiente, te usará como
cubo de sus miserias emocionales y como diana de sus frustraciones. Si no
quieres acabar en el cubo de la basura, ya sabes, la primera acusación tómatela
en serio y pon límites.
Paso nº7 Amante si, malquerido no. Si concilias los opuestos en ti, te
convertirás en un ser humano completo y equilibrado, y nunca más serás un
‘malquerido’. Puesto que sólo las personas ‘completadas’ desconocen la
inferioridad emocional y la incapacidad emocional.
Paso nº8 Con tu padre
te reconciliarás y así desteñirte definitivamente podrás. Independientemente de los ‘matices’ –éstos son los ‘defectos’, es
decir, aquellos aspectos que no te gustan, no comprendes, o con los que no
estás de acuerdo -, que tus progenitores exhiban, si quieres fluir en tu vida y
aprender a amar de verdad, la interiorización (arquetipos) de tus padres
deberás sanear, re-estructurar y depurar. Sin, por supuesto, olvidar, conciliar
los opuestos en ti. Ésta, y sólo ésta, es la auténtica iniciación a la madurez
existencial.
Paso ‘8 y ½’ Método
hadado para no volver a ser el último sapo que alguien besó.
-
Le llegó
el turno a las preguntas y a la introspección. Ponte las alas, cuando la vida
te dé calabazas
-
Recuerda
que eres lo mejor que te ha pasado.
-
Ejercicios
“Ponte las alas y cómprate un
despertador”:
-
1-Para
tratar los miedos y curar las heridas emocionales
-
2- Para
aprender a facilitarte la vida.
-
3- ‘Espejo
espejito’
-
4- Prueba un mes a considerarte el MEJOR con
todas las letras.
FUENTE:
EL
PRÍNCIPE AZUL QUE DIO CALABAZAS A LA PRINCESA QUE CREIA EN LOS CUENTOS DE HADAS
© Rosetta Forner http://planetadelibros.com/l-87733
ROSETTA
FORNER
Hadamadrina
excepcional. Creadora de LA VIDA EN ROSETTA (escuela de emociones) y del
anticoaching&ánimacoaching ®
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