Hay quien se convence
de que ‘no está tan mal’. Muchas personas que han venido a mi consulta hadada
en los últimos años, quejándose de su situación, cuando les he puesto frente a
las posibilidades de reacción, les he animado a hacer algo, o sea, a ponerse
las pilas, me han soltado ‘no está tan mal, no es para tanto’.
Quejarse, no les
importa. Pero, reaccionar, mover el culo, sí.
En los gimnasios americanos
suele haber un letrero que reza así: ‘NO PAIN, NO GAIN’ = sin esfuerzo ni hay
ganancia.
Las situaciones no se
resuelven por sí mismas. Nadie vendrá a salvarte de tu problema, sólo tú puedes
hacerlo. Ahora bien, tendrás que trazarte un plan y seguirlo, ejecutarlo.
Además, tendrás que mentalizarte de que, a lo largo del camino, surgirán
imprevistos.
El
paternalismo es muy nocivo. Y, muchas personas se han
acostumbrado a que les resuelvan la vida. Y, ¿la libertad? Ah, la prisión de la
libertad de Michael Ende. Prefieren que les dén de comer a cambio de su
libertad que asumir la responsabilidad de buscarse la vida.
Con paternalismo sólo se va a la inopia.
¿Para qué vivir si la vida propia es simplemente una línea plana, aburrida,
sosa? La vida, en verdad, es como el electrocardiograma: subidas y bajadas
mientras hay vida.
La
soberbia, la arrogancia, la ignorancia son promotores de la
falsa autoestima, y viceversa. Soy española, muy viajada y he residido en Francia
y en Estados Unidos (Wisconsin y California). He estudiado con gente procedente
de casi todos los lugares de la Tierra. Es cierto que en todas partes cuecen
habas, pero en unos las cuecen mejor que en otros. Por ejemplo, tanto en
Francia como en USA se fomenta la responsabilidad porque la gente exige que se
respete su libertad, y viceversa. Mientras que en España se exige al Gobierno
de turno que dé subvenciones, que le resuelva la papeleta a la gente.
Consecuentemente, se fomenta el aguantar en situaciones insanas. Y, dado que la
gente aguanta carros y carretas en su vida privada, así es en la pública: de lo
general a lo particular, y de lo particular a lo general.
He oído muchas veces
que, como en España no se vive en otro lugar. Vaya prepotencia. Se vive bien en
muchos sitios, sobre todo en esos que le hablan al alma de uno. Es más, hay muchos
sitios donde hay muy buenos servicios, la gente es agradable y la naturaleza es
maravillosa. Hay, afortunadamente, muchos lugares del mundo donde se vive bien,
muy bien.
Se
lleva mentir. La mentira es algo que usa mucho quien
se obliga a sí mismo a aguantar en situaciones que le dan patadas a su alma, a
su corazón, a su psique, a su dignidad e integridad. Quien usa la mentira para
autoprotegerse de una realidad que no le gusta y que no quiere combatir, es
fácil de embaucar, cuando le mienten, no se entera. No se puede distinguir la
realidad cuando la práctica individual es la de la ficción. Quien a sí mismo se
miente, está tan ocupado en aguantar el decorado que no le queda tiempo ni
energías para observar y analizar al otro. ¿Cómo va a diferenciar una verdad de
una mentira quien habita permanentemente en un disfraz? Imposible. No puede. No
sabe.
Quien aguanta o se
obliga a aguantar en situaciones psicológicamente insanas usa también el miedo como aditivo para justificar su
auto sometimiento a dicha situación. “¿Adónde voy a ir?” “No hay trabajo”. “La cosa está muy mal”. “Los de mi edad están
todos casados, no podré encontrar otra pareja”. El miedo excluye el
razonamiento. Así no se ven venir los obstáculos, no se identifican los
problemas, se toman a guasa las señales de aviso. El miedo se usa para pintar
futuros de imposibles, ausentes de solución, de posibilidades y de
alternativas. El miedo es un argumento muy poderoso que, además, tiene efectos
colaterales.
VICTIMISMO.
A
la persona aguantadora le encanta ir de víctima por la vida. Aunque
no lo parezca, así es. Usa el victimismo para atraer la atención sobre ella
misma, siendo a la para un mecanismo de manipulación de la otra parte. ¿Por qué
si no aguanta una mujer, por ejemplo, a un marido que la humilla? ¿Por qué, tragamos si no con un Gobierno que
nos está llevando al precipicio? Gobierno, empresa, pareja… son ‘asociaciones’,
lugares en los que la persona sumerge su personalidad y se ve expuesta a
tenerse que enfrentar tanto con el contenido ignorado, proscrito y
pretendidamente olvidado de su inconsciente como con el aguantar las
proyecciones y adjudicación de ‘culpas’ que la otra parte ejerce con el fin
tanto de desembarazarse de su responsabilidad como de aliviar la culpa que
anida en su propio inconsciente. Nadie quiere ser víctima de sí misma, si acaso
que lo sea el otro. Irónicamente, ambas partes acaban siendo víctimas tanto de
sí mismas como del otro. Algunos acaban matando su dignidad y sacrificando su
integridad en el intento de fulminar al otro, como si al eliminarlo
psicológicamente hablando pudieran conjurar los demonios de su pasado, su
presente y su futuro. Imposible. La única manera de salir de ese laberinto pasa
por asumir las responsabilidades propias y hacer acopio de voluntad y
determinación para limpiar, arreglar, y transmutar el contenido que habita en
todos y cada uno de los rincones de la psique propia.
REBELDÍA.
La vida ama a los
rebeldes porque estos son supervivientes. Los rebeldes asumen responsabilidades
sobre sus acciones y omisiones. Los rebeldes no se mienten ni aguantan ni
tragan. Los rebeldes creen en ellos mismos o como poco creen en la Vida y en la
posibilidad de crear un futuro diferente. El rebelde no es rehén del pasado, sólo
lo usa como ‘fuente de inspiración’ para no cometer los mismos errores, o sea,
como elemento de aprendizaje. El rebelde reniega del miedo. Sabe que es muy mal
consejero. Por eso, no lo invita a la mesa de su vida.
La rebeldía es una
capacidad que no es ajena a nadie a menos que la persona decida renegar de ella
o proscribirla al país de nunca jamás.
Los rebeldes saben que
la realidad nunca es como se la presentan los que ostentan el poder, los mass
media, los ‘creadores de opinión’. La realidad tiene muchos matices. Por eso
los rebeldes investigan, hacen acopio de datos, analizan, reflexionan… Hacen
hipótesis. Y, estructuran opiniones razonadas y fundamentadas que pueden
defender con argumentos propios.
¿POR
QUÉ AGUANTAS?
¿Te
lo has preguntado alguna vez?
¿CÓMO
ES QUE TIENES SOMETIDA A TU DIGNIDAD, INTEGRIDAD Y RACIOCINIO?
* Aguantar
no te librará de la responsabilidad de dirigir tu vida ni anulará tu
conciencia.
* Puedes
echarle la culpa al otro/a. Sin embargo, la culpabilización jamás te resolverá
la papeleta. Eso, sólo puedes hacerlo tú.
* Dejar
en manos de alguien, que no seas tú, el ‘mando’ de tu vida, o permitir que otro
sea quien se siente en el trono propio, es un error que se paga caro, muy caro:
tu vida, tu integridad, tu alma.
NO
LE VENDAS TU ALMA AL DIABLO DE TURNO.
Muchos son los que
sostienen que de las crisis se salen fortalecidos. Empero, olvidan que de una
crisis se sale fortalecido siempre y cuando se haya reflexionado y sometido a
aprendizaje el contenido de la crisis. Mucho me temo que si la oportunidad, que
supone una crisis vital (ya sea personal, espiritual, colectiva, o la del
Covid-19), se usa para negar la realidad, parapetarse en la mentira y la
ignorancia de la realidad, no habrá progreso, ni mejora, ni nada positivo.
Mi consejo hadado y
rosettiano es que te ocupes de ti. Que asumas que tu vida nadie la vivirá por
ti. Y, que nadie nos hace nada que no le consintamos.
Personalmente, lo
vuelvo a confesar: NO voté al PSOE. No soy cómplice de este desastre puesto que
no les voté. Soy una superviviente y me rebelo contra la mentira, la
manipulación y la incompetencia de un Gobierno desastroso que se quiere hacer
pasar por ‘la octava maravilla del mundo’. Siempre tuve muy claro que si
alguien me ‘rescata’ será a cambio de algo. Mi abuela Maríarosseta olía decir que “nadie da duros (eran
cinco pesetas. Fracción de la antigua peseta española), a cuatro pesetas”.
* AGUANTAR NUNCA ES LA
SOLUCIÓN. MÁS BIEN ES PARTE DEL PROBLEMA O FOMENTADOR DEL PROBLEMA.
Ninguna pareja, ningún
sueldo, ningún nada… se merece tragar sapos, carros y carretas, decretos de
alarma y otras mentiras. Al final, como dijo Churchil respecto de pactar con
los Alemanes nazis para mantener la paz. Querían evitar la guerra, por eso
pactaron con los nazis, es decir, se humillaron. La realidad fue que no
tuvieron la paz. Es el ejemplo paradigmático de que la humillación, el aguantar
y tragar quina no nos libra de aquello que queremos evitar, y encima, a la
psique, a la integridad propia, la sumergimos en la inmundicia.
© Rosetta Forner 29
Abril 2020
E-mail: rosemarymacpherson@yahoo.com
¿Me puedes decir porque adoro tanto leerte? En este blog tuyo me siento cómo en casa. Besos hadados alma hermosa.
ResponderEliminary yo me siento muy honrHada por semejante piropazo¡¡¡ GRACIAS HADADAS¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡estimhada Sonia¡¡¡¡¡ Mi fan hadada¡¡¡¡¡
Eliminarmuy cierto y tiste pero la pura realidad saludos me a encantado leerte
ResponderEliminarGracias por tu comentario¡¡¡¡
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